Elizabeth Anderson-Sierra, de 29 años, donó más de 2,400 litros de leche materna para ayudar a otros padres a alimentar a sus hijos. La leche de esta mamá de dos niños fluye durante 10 horas al día, y ella llama a este proceso un "trabajo de amor" y admite que se parece a un trabajo a tiempo completo.

Elizabeth tiene un síndrome de hiperlación, lo que significa que su cuerpo produce casi 7 litros de leche materna por día: unas 10 veces más que el promedio. Pero su hija de 6 meses de edad, Sofía sólo necesita alrededor de 600 ml por día, por lo que Elizabeth dona el exceso a madres cuyo cuerpo no puede producir suficiente leche, a parejas homosexuales, y un tarro de leche para los bebés prematuros.

Su leche se empaqueta cuidadosamente, y es etiquetada y almacenada en cuatro grandes refrigeradores en la casa donde vive con su esposo de 52 años de edad, David Sierra, y sus dos hijas. Elizabeth dice que ayudó a alimentar a "miles" de bebés otorgando más de 2,400 litros de leche.

Ella dice: "Me di cuenta de que producía leche de más desde mi primer embarazo, pero cuando tuve a mi segundo hijo, la producción de leche aumentó aún más. Ahora Sofia tiene seis meses de edad y yo saco leche 5 veces al día: tan pronto como despierto, después del desayuno, después del almuerzo, después de la cena y de nuevo a la medianoche. En total paso unas cinco horas al día bombeando leche, pero ya junto al envasado, el etiquetado, la esterilización, etc., trabajo unas 8-10 horas.

"Dar leche no es divertido: es incómodo para mí, y me duele, pero es un trabajo que hago por amor. No he tenido un día libre en 2 años y medio. Esto es más que un trabajo a tiempo completo. Yo no discrimino a nadie: ayudo a las parejas homosexuales y a las madres que están en tratamiento o que han pasado por una operación para eliminar cáncer de mama. Esta es una sensación increíble. La leche materna es como oro líquido: nunca se puede tirar. Y hay una gran necesidad de ella."

Aproximadamente la mitad de la leche de Elizabeth es recogida de su casa por los padres locales, que a menudo prefieren compensar a la mujer por sus esfuerzos. Y la otra mitad la joven madre la dona al banco de leche de California Prolacta Bioscience, quien paga a Elizabeth $1 por cada entrega, compensando en parte los gastos de su tiempo, pero ella insiste en que no recibe ingresos de su "trabajo por amor".

Después de todo, esta madre de dos hijos, anima a otros a seguir su ejemplo, y se gasta todo el dinero en el equipo, almacenamiento y cosas adicionales necesarios para continuar con el bombeo y la donación de su leche materna.

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